Desarrollo Emocional
Cómo manifestar cambios y abundancia en tu vida: guía práctica para lograr tus metas y atraer la prosperidad.
En esta guía práctica, aprenderás cómo manifestar cambios y abundancia en tu vida para lograr tus metas y atraer la prosperidad.
Cuando dejas de dudar y empiezas a creer en tu nueva vida, empiezas a comportarte como si fuera posible y, finalmente, te conviertes en ello.
Al creer en nuestra capacidad de cambiar y adaptarnos, podemos transformar nuestra vida por completo. Cuando dejamos de dudar y comenzamos a creer en nuestra nueva vida, nuestra actitud y comportamiento cambian drásticamente. Nos volvemos más seguros y decididos, actuando como si nuestros sueños fueran alcanzables. Esta mentalidad positiva nos impulsa a tomar acciones concretas y perseverar en la búsqueda de nuestros objetivos.
A medida que nos comportamos como si nuestra nueva vida fuera posible, comenzamos a experimentar cambios reales en nuestro entorno. Nuestras acciones y decisiones reflejan nuestra fe en nosotros mismos y en nuestras capacidades. Nos rodeamos de personas y situaciones que nos apoyan en nuestro camino hacia el éxito. Con cada paso que damos, nos acercamos cada vez más a convertirnos en la persona que deseamos ser.
El peor error que podemos cometer es rendirnos y aceptar nuestro presente sin tener una ilusión. Es fundamental aceptar nuestra realidad, la cual hemos construido a través de nuestros pensamientos y acciones, pero también es esencial tener una ilusión, un sueño, algo por lo cual luchar. A veces, la vida puede ser cruel y carecer de sentido. A pesar de que reflexionemos y analicemos nuestra situación, podemos encontrarnos en un callejón sin salida, volviendo una y otra vez a los mismos pensamientos, miedos y heridas.
Cambiar es posible, aunque parezca a veces imposible. Todo comienza con una intención clara. Debemos saber por qué queremos ese cambio en nuestra vida. Es importante determinar si es para complacer a la sociedad, a las personas que nos rodean, a nuestra pareja, a nuestros padres o a nosotros mismos. Lo que realmente nos motiva a experimentar un cambio en nuestra vida es lo que debemos descubrir.
Puede ser porque quieres salir de una situación precaria, mejorar tus finanzas o sanarte de alguna enfermedad crónica. Debes pensar si ese cambio solo bendice tu vida o también es una bendición para los demás. Por ejemplo, si buscas mejorar tu situación financiera, debes considerar a quién beneficia esto, ya sea a ti mismo, a las personas que te rodean, a tus acreedores, a los bancos, a las tiendas y negocios. ¿Hasta dónde llega esa bendición? Si se trata de sanar una enfermedad, debes pensar en quién más se beneficia aparte de ti, como tus familiares, tu pareja, tus hijos.
Los cambios en nuestra vida pueden tener un impacto masivo tanto en nosotros como en los demás, y esto no siempre es positivo. Por eso, es importante desear estos cambios desde el corazón y reconocerlos como una bendición. Una vez que tengamos claro qué queremos cambiar o manifestar en nuestra vida, debemos visualizarlo. Imaginarnos cómo sería tener lo que deseamos, cómo nos sentiríamos al lograrlo, cómo lo celebraríamos y cómo se lo contaríamos a los demás.
Visualízate en ese momento, con todos los detalles: la ropa que llevas puesta, lo que te rodea, quién está contigo. Imagina cómo quieres experimentar ese cambio y hazlo desde el corazón.
Si me permites, te contaré cómo yo pude manifestar un ascenso en mi trabajo.
Luego de más de un año trabajando para una consultoría en la ciudad de México, me encontraba en una situación laboral tranquila y con un salario satisfactorio. Sin embargo, sentía la necesidad de un cambio en mi vida. La rutina se había apoderado de mí y anhelaba experimentar algo nuevo.
Recuerdo claramente aquella tarde en la que, agotado por la monotonía y la rutina, decidí encerrarme en mi habitación. Desde allí, contemplé a través de la ventana cómo el firmamento se desvanecía sobre las montañas de la ciudad, el cielo perdiendo su azul claro y las estrellas comenzando a brillar.
Perdido en el horizonte, empecé a visualizarme en mi nuevo cargo. ¿Pero, para qué quiero este cambio? – me pregunté mientras seguía perdido en la distancia. Quiero seguir desarrollándome profesionalmente – pensé-, un nuevo cargo con un mejor salario, me permitiría ayudar a mis padres con más regularidad, me permitiría ahorrar, podré salir más rápido de mis deudas y mis acreedores estarán más tranquilos. A lo mejor podré viajar, la aerolínea venderá un boleto más, los restaurantes a donde visite venderán una comida más. Todo aquello lo pensé. Pude vislumbrar el impacto que tendría obtener un nuevo cargo con un mejor salario.
Después me imaginé cómo sería mi vida una vez adquirido ese nuevo puesto, qué me gustaría vivir y experimentar. Un puesto que me permitía salir, visitar otras oficinas, imaginé las conversaciones que tenía con mis compañeros de trabajo, las que tenía con las personas que estaban a mi cargo. Recuerdo que incluso me imaginaba cómo serían mis comidas durante el descanso del mediodía. Visualizaba la ropa que llevaba puesta, el olor de la nueva oficina, el color de las paredes, mi escritorio, me sentía contento y cómodo. Recuerdo que visualicé a mis amigos felicitándome por el nuevo puesto, así como también el diálogo que tenía con ellos. Era como una película pasando por mi mente.
Mientras observaba mi vida pasar por mi mente, sentí una especie de escalofrío en mi cuerpo, en mis brazos y en mi espalda. Era una emoción de felicidad y plenitud que invadía mi cuerpo, y al verme tan contento, tan a gusto en mi nueva vida, mis ojos empezaron a humedecerse con lágrimas de felicidad. Y con eso, me quedé profundamente dormido. A la mañana siguiente, me desperté con el ruido de mi compañero de apartamento moviendo platos en la cocina. No sabía exactamente qué hora era. Había dormido toda la noche. Luego recordé que era sábado y podía quedarme en la cama un rato más.
Los días pasaron sin contratiempos, de vez en cuando pensaba en mi nuevo puesto, me gustaba imaginarme en mi nueva vida, y a veces incluso sentía que ya la estaba viviendo. Mis viajes diarios en el metro de casa al trabajo y del trabajo a casa se volvieron más amenos. Me imaginaba mi nueva vida, experimentando una vez más la sensación de alegría y plenitud en mi cuerpo.
A los pocos días, un compañero de trabajo se acercó a mi escritorio. Tenía mi misma edad, era padre de una niña y muy inteligente. Siempre estaba investigando nuevas tecnologías y formas de mejorar las cosas. Ese día, por alguna razón, me explicó algo que había aprendido la noche anterior en su casa mientras trabajaba para la empresa. Lo escuché atentamente durante toda la explicación, aunque en ese momento no entendía por qué decidió enseñarme eso nuevo que había aprendido.
Cuando mi compañero ya se había vuelto a su escritorio, mi teléfono sonó, era mi jefe pidiéndome que me presentara en su oficina. Para mi sorpresa, mi jefe me comentó que necesitaban a alguien para liderar un nuevo proyecto en las farmacias y almacenes de la compañía, y el único requisito era saber exactamente lo que mi compañero de trabajo me acababa de enseñar.
Sin esa explicación, minutos antes, no habría podido recibir el ascenso ni el nuevo puesto. Siempre he atribuido esto como un regalo de la Divinidad. El Universo realmente se alineó para que todo esto sucediera, de la forma en que sucedió, en el momento exacto. La fe y la paciencia también desempeñan un papel importante en la realización y manifestación de cambios en nuestra vida. Estoy seguro de que, al igual que me sucedió a mí y me sigue sucediendo, también te sucederá a ti. Es cuestión de conocernos a nosotros mismos, de saber exactamente qué nos traerá paz y, sobre todo, qué nos ayudará a crecer y a gestionar nuestra misión de vida en esta tierra. Escucha tu Alma, escucha tu Espíritu, camina junto con ellos y verás milagros en tu vida.
Finalmente, al creer en nuestra nueva vida y comportarnos en consecuencia, nos convertimos en ello. Nuestra mentalidad positiva y nuestra determinación nos llevan a alcanzar nuestros objetivos y vivir la vida que siempre hemos deseado. Ya no somos personas llenas de dudas y temores, sino individuos empoderados y realizados. Al creer en nosotros mismos, hemos logrado transformar nuestra realidad y convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.
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